Presentación de mi novela Lejos de toda esa gente con ideas en Madrid

Edificio de la dicha Biblioteca. Como puede observarse, y para quienes no la conozcan, la planta baja es transparente. Me hizo pensar en la Biblioteca de Alejandría actual

El pasado día 6 de noviembre tuve el privilegio de poder presentar mi novela Lejos de toda esa gente con ideas en la Biblioteca Eugenio Trías de Madrid. La presentación corrió a cargo de Vanessa Gil, escritora o coach, una mujer llena de energía, vivacidad e inteligencia. La gestión para poder hacer el acto en esa biblioteca fue mérito de mi hijo Julio, residente allí, en Madrid, y no sólo fue un honor para mí actuar en esa importante entidad, cuyo edificio está dentro del Parque del Retiro, sino que además, la gracia estuvo en a quién se dedica esa biblioteca: nada más ni nada menos que a mi admiradísimo y muy leído Eugenio Trías, filósofo creador de un sistema: la Filosofía del Límite, lo que le agenció el premio Nietsche, único español merecedor de tal galardón. Este bigotudo pensador, que tuvo durante un tiempo un mostacho bastante nietscheano, era además musicólogo, con un par de libros dedicados al tema de la música, lo cual aún lo acercó más a mi espíritu. La presencia de amigos de mi hijo y de familiares fue acicate para mis intervenciones, por no decir nada de la presentación de Vanessa y de la habilidad y eficacia de sus preguntas. Previamente intervino Alejandro Santiago, editor de Nazarí, con una introducción muy semejante a la que ya hizo en
Granada, y es por no repetir conceptos que no la reproduzco aquí, presentando mis excusas ante tan insigne editor, a cuyo mérito se debe buena parte de la corrección del texto.

PRESENTACIÓN DEL LIBRO LEJOS DE TODA ESA GENTE CON IDEAS (Vanessa Gil)

Bienvenidos y bienvenidas a la presentación del octavo libro publicado de Miguel Arnas Coronado: Lejos de toda esa gente con ideas.

Y yo os pido una cosa: cerrad los ojos 10 segundos ¿Qué imagen os viene a la mente cuando yo digo: Lejos de toda esa gente con ideas?

De derecha a izquierda, la presentadora Vanessa Gil, mujer de corazón y cabeza, un servidor, y el editor de Nazarí, Alejandro Santiago

Lejos de toda esa gente con ideas es un viaje a un pasado común, a un pasado de 408 páginas donde Miguel Arnas hace protagonista a la por él llamada: tercera España, esa España de corazón emigrante que deja sus pocas pertenencias allá por los años 30 en recónditos pueblos para marcharse a forjar un futuro a las grandes capitales. Esa tercera España que se desliga de su origen y busca solamente un sentido de pertenencia, una estabilidad de color gris llena de paz, familia y geranios que decoren los urbanos balcones. España sin ideologías exacerbadas, que no pretende revoluciones ni formar parte de éstas, pero que es capaz de emprenderlas. Pues las revoluciones, tal y como veremos en esta obra, se realizan en el interior de las personas, no son de masas, las masas cambian con mucha más lentitud que los individuos, y sólo los sueños individuales inducen la fe en que lo que le sucede a uno debe sucederles a muchos. Y eso es lo que le ocurre al protagonista de Lejos de toda esa gente scon ideas, Roque Sanramón, quien llegado a Barcelona desde un pequeño pueblo de Teruel vivirá el tiempo sindical de la ciudad condal, la República, la Guerra Civil y el exilio del que volverá convertido en maqui. ¿Por ideología profunda? No, más bien por tres necesidades que desea satisfacer y que constituirán su columna vertebral, el amor, la amistad y la familia. Una historia de España personificada en héroes sin capa con dos formas de vivir el presente. Los Lorenzos del libro opinan que los muertos son los puentes a un mundo donde quienes queden vivirán mejor. Para los Roques en cambio, no se puede dejar de mirar las caras individuales de los muertos. Sea como fuera; Roque, nuestro héroe sin querer, nuestro padre de familia que sería conocido durante la contienda como el temido “Tiroalplato”, nuestro emigrante procedente de Teruel sólo tenía una máxima: “confiar en la llegada de un sistema político que garantizase la abundancia para todos y quien dice la abundancia, dice seguridad, ni guerras, ni algaradas. Que nadie hubiese de morir lejos de su cama, ni de su gente, quien dice abundancia, dice diversión honesta, cultura, esto es escuela, radios, zarzuelas y libros, trabajo y cariño familiar”.

… Las respuestas de algunas personas del público fueron varias: sosiego, calma, tranquilidad, indiferencia, etc.

Leer este viaje al pasado que hoy deja un tamborileo de recuerdos, esencia de vidas perdidas, de ideologías difuminadas en campos franceses, es respirar personajes llenos de pasiones, es adentrarte en la historia humilde de nuestros abuelos, es empatizar con la tristeza de Paulina, con el fervor de Lorenzo, con la tenacidad de Don Gil de Alcalá, con la sensualidad escogida de Pili Pilón, con la astucia del Largo, pero también, con el hambre, la zarzuela, la comida de los domingos en familia y con la valentía obligada, que no escogida, de Roque Sanramón. Es danzar con una prosa enriquecida de vocablos hoy en desuso, es navegar en la psicología de vecinos con opiniones en guerra, es imaginarse las calles de Barcelona engalanada y destruida a partes iguales, es simplemente querer saber más de la vida burlada por las circunstancias de personajes normales, sin ilustres nombres que decoran calles, pero cuyo día a día representó la rutina de nuestros ancestros. Después de leer cada página con el ritmo tildado por la calma, simplemente me quedo con una necesidad de más, y sin dilación espero hallar en el profundo océano de Internet la que sería la segunda parte de esta gran novela: La insigne chimenea galardonada en el 2010 con el premio Francisco Umbral de Majadahonda.

La sonrisa de Vanessa, encantadora, mi gesto… ¡yo qué sé!

Porque este libro es la antítesis del “leer moderno”, donde se estila narrar un océano de información con tan sólo un dedo de profundidad.

Lejos de toda esa gente con ideas, es ir más allá de la carcasa para vértelas de frente con tus propios fantasmas. Porque la cabeza tiene sus ideas, sus expectativas, sus anhelos y deseos y sus películas de final feliz con trompetas y algarabías a lo lejos. Pero la vida, el contexto, las circunstancias y la historia arrasan con lo que pudo ser y dejan un firme, desnudo y real esqueleto de lo que en realidad ES.

Y como dice la romanza de Zarzuela “No puede ser”, cuyos versos bien podrían ser de nuestro querido Lorenzo Mena:

Viva luz de mi ilusión,
Sé piadosa con mi amor.
Porque no sé fingir,
Porque no sé callar,
Porque no sé vivir.

Y ahora sí querido Miguel, enhorabuena por tan buen puente a la realidad, a ese cúmulo de circunstancias vividas por tu propio padre bajo la piel de personajes que son héroes de rutinas y poderes sin capa. Son 22 libros los escritos por tu pluma y yo me pregunto

Son dos preguntas clave. El porqué se debe, acaso, a que no sé hacer otra cosa, no puedo hacer otra cosa. A veces se me vienen ideas a la cabeza que me veo casi obligado a trasplantar a la pantalla. Luego evolucionan, se desarrollan, varían como en la música. El para qué es otra historia. En general, nuestras vidas son poco ricas, poco aventureras, casi planas. Inventar personajes y situaciones nos hace vivir muchas vidas. Mi protagonista de los dos Ashaverus, Enrique Fuster Bonín, tiene, sí, mi curiosidad, mi afán de saber y de averiguar cómo son las cosas y por qué, pero es mucho más valiente que yo. Si yo me hubiese infiltrado entre medio de los gerifaltes nazis, siendo judío con pasaporte falso, viviría del todo acobardado, anonadado por la constante amenaza de ser descubierto. La valentía que no tengo me la dio Enrique Fuster. Crear esas historias en mis novelas es como unas vacaciones sin guía en la selva amazónica.

  • Y ahora cuéntame el por qué y el para qué de Lejos de toda esa gente con ideas.

Tal es el origen de esta narración mía. El para qué, debo confesar que es un homenaje a mi padre, que protagonizó algunas de las anécdotas que se cuentan en ella. Mezclo historia, memoria e invención. Por ejemplo, hay un capítulo titulado Guerra en la guerra, en el cual se explica algo sucedido durante el enfrentamiento entre anarquistas y militantes del POUM, contra los del PSUC (o sea, comunistas) más los de Esquerra Repubicana (entre paréntesis, la izquiera siempre se ha llevado muy bien entre las diferentes facciones, se ceden el paso en las puertas “por favor, pase usted primero”, “¡oh, no!, ¿cómo voy a consentir?, tenga la bondad de pasar primero”, “no, no, se lo ruego, pase”, aunque en realidad sea para mejor darse la cuchillada por la espalda), en el año 38. Cuento que se emplazó un cañón en el Puente de Marina, apuntando al cuartel de Atarazanas, que entonces se renombró de Voroshilov, cañón que no llegó a disparar ante el riesgo de llevarse por delante edificos civiles por la falta de experiencia que tenían sus servidores. Ese detalle no lo he visto en ningún tratado histórico, sino que me lo contó en el año 74 un viejo anarquista que estuvo allí, junto a aquel cañón. Don Gil de Alcalá, teniente de ametralladoras que es el jefe de Roque Sanramón, es llamado así porque se apellida Gil, nacido en Alcalá de Henares, y porque le gusta mucho el vino de Jerez y en homenaje al Brindis de la zarzuela, ambientada en México, Don Gil de Alcalá. Lo hago morir de un morterazo cuando, en la retirada, ya a finales de enero del 39, está sentado junto a Roque y un borrego robado que no para de balar. Eso mismo le pasó a mi padre, acción en la cual su compañero murió y a él se le reventó el tímpano del oído izquierdo, a causa de lo cual quedó sordo de ese oído. Son dos ejemplos de esa mezcla. En cambio, la conversación entre Lorenzo Mena y Buenaventura Durruti es inventada, por supuesto, aunque “si non è vero, è ben trovato”, como diría un italiano. Otro aspecto absolutamente histórico es el hecho de que en la CNT de entonces hubo moderados y radicales, con constantes acusacionesy peleas entre ellos.

La novela nació de una forma, cuando menos, curiosa. En el año 2000 me vi precisado de internar a mis padres en una Residencia de ancianos. Allí conocí a varias personas, tanto internas como empleados. Y conocí el funcionamiento de una institución como esa, la situación de acompañamiento o abandono que sufren algunos viejos. Convertí en personaje de novela a un anciano con quien trabamos cierta amistad, un tal don Carlos, oficial de la Guardia Civil retirado. Empecé a escribir una ficción sobre una Residencia de ancianos sita en un edificio proyectado por un arquitecto, al estilo de Gaudí y llamado Amadeo Sisteró, que construye una chimenea que es símbolo del orgullo nacional y patrio. La Generalitat concibe el proyecto de trasladar pieza a pieza (como han hecho los americanos con algunas iglesias románicas) esa chimenea insigne a la plaza frente al Parlament de Catalunya, en el Parque de la Ciudadela, y convertir el edificio de maravillosa arquitectura en hotel de 5 estrellas. Es una novela coral, aunque uno de los personajes, un tal Ulises Sanramón Mena, hace de protagonista, en tanto un muerto, Agustín el Largo, especie de libélula o mosca cojonera cuya misión es proteger a Ulises, hijo del único amigo que tuvo en vida, Roque Sanramón, es el narrador. Quise en esa novela escribir también la vida de ese padre de Ulises, pero me salía un tocho de casi mil páginas, un libraco bueno para calzar mesas cojas. De modo que la dividí en dos: La insigne chimenea y Lejos de toda esa gente con ideas. En el año 2010 me premiaron la primera con el Francisco Umbral de Majadahonda y la publicaron, como has destacado tú en la presentación, quedando la otra pendiente. En marzo del 2020 tenía que haber firmado contrato con la editorial Nazarí durante la semana siguiente a la declaración de confinamiento por pandemia. Por supuesto, no fue posible y esta publicación se ha pospuesto hasta ahora. El personaje, Roque Sanramón Val, padre de aqule Ulises protagonista de La insigne chimenea, llega a Barcelona para trabajar desde un pueblo de Teruel, vive la prerrepública, la República, la guerra y la posguerra en el maquis. Por azar, conoce a Lorenzo Mena, anarquista de pro, que lo introduce, no solo en el sindicato, aunque Roque carezca de ideas políticas, sino también en su propia familia, y acaban siendo cuñados. A Lorenzo lo matan en el golpe de Estado militar del 36, y eso desencadena la rabia de Roque y su decisión de participar en aquella horrorosa Guerra Incivil nuestra.

  • Me encanta el título, es sin duda ilustrativo, ¿Cómo llegaste a enamorarte del mismo?

La cita está en los créditos del libro. Pertenece a una de las mejores novelas del siglo XX, Bajo el volcán, de Malcolm Lowry, autor inglés que vivió en Canadá y México, y se refiere a esa gente que tiene ideas o ideologías y está dispuesto a matar o morir por ellas, en tanto el que la pronuncia, y de ahí viene lo mío en mi novela, puede tener ideas (que son como los culos, todo el mundo tiene uno), pero lo que más desea en el mundo es que lo dejen en paz, vivir, trabajar, tener una familia o no tenerla y disfrutar de la vida independiente, sin meterse con nadie, y morir en paz, rodeado de los suyos o, por desgracia, entubado en una clínica, pero no violentamente en una trinchera o bombardeado. Roque Sanramón es uno de esos. La novela está repartida en tres partes: Paz, Guerra y Muerte. La primera ocupa la mitad del texto, y las otras dos, la cuarta parte, aproximadamente, cada una. Al final, él vuelve a España desde su escondite en Francia con un grupo de guerrilleros anarquistas, pero su intención personal no es recuperar la República ni luchar contra el franquismo, sino recuperar a sus hijos gemelos, Ulises y Hércules, a quienes su esposa Paulina se ha visto obligada a dejar en Barcelona para ir en su busca después de ser acosada por un falanginsta bondadoso, lleno de buenas intenciones, sí, pero a quien ella aprecia pero no ama porque sigue queriendo a su marido Roque, que desafortunadamente está en Francia y sin posibilidades de volver a España donde sería fusilado de inmediato. Para ello, vale, necesita luchar contra el franquismo, sí, pero no es esa su pasión, sino sus hijos, su familia.

El tomo de Bajo el volcán fue un préstamo, y más tarde regalo, de mi querido amigo Salvador Montero, allá por los años en que era ilegal en el país. Es una edición y traducción latinoamericana (argentina si no recuerdo mal). Lo tengo subrayado por la cantidad de hallazgos literarios de los que está lleno.

  • ¿Hay algún resquicio autobiográfico en estas 408 páginas?
Ametralladora ligera Hotchkiss, arma que es la manejada en la Guerra Civil por Roque Sanramón Val

Sólo en lo que afecta a mi padre. Yo no soy Roque Sanramón. Aunque soy familiero, no lo soy tanto. Tal vez me acerque más a Lorenzo Mena en lo crítico con el poder, sea éste el oficial o el oficioso, en su caso el que procede del mismo sindicato anarquista, donde como en todos lados, también se ejercía el poder. Pero tampoco soy ese cenetista. No puede haber autobiografía por cuanto acaba la novela en 1945 con la muerte de Roque, y fue precisamente en el 45 cuando mis padres se hicieron novios, se casaron en el 47 y yo nací en el 49. Con todo, siempre se pone parte de uno mismo. Una novela o un poema, como un hijo o hija, son carne de mi carne.

  • Si nuestro ilustre personaje Roque, levantara la cabeza hoy, teniendo en cuenta nuestro presente y los conflictos que protagonizan nuestra realidad ¿Qué pensaría?

Seguramente diría: “¿otra vez?, ¿más de lo mismo?”. Por suerte, estamos en una época histórica donde ya no se estilan los enfrentamientos armados y espero, toquemos madera, que no acabará igual. España está hoy lo mismo de ideologizada que entonces, o quizá un poco menos, pero, hay muchísima menos gente dispuesta a morir por sus ideas; aunque quizá haya algunos que sí estén dispuestos a matar por ellas, si bien, naturalmente, se percatan de que matar implica muchas veces, morir a su vez y eso sí que no, hasta ahí podíamos llegar, yo quiero seguir con mis cubatas, mis ligues, mi pareja, mi trabajo, mis diversiones y mis hijos.

  • ¿Qué nos enseña Lejos de toda esa gente con ideas?

No es una novela de tesis. No pretende enseñar nada. Pero sí puede dar lugar a pensamientos con algunas frases o situaciones que aparecen en ella. Por ejemplo, Don Gil de Alcalá, en conversación con Roque, le dice que en España hay muchos pícaros y otros tantos inquisidores, pero los menos peligrosos son los primeros, pues solo te roban o engañan, mientras los inquisidores te queman en la hoguera o te pegan un tiro, que para el caso es lo mismo, o, también equivalente, te impiden expresarte, decir, opinar, hablar. Lorenzo Mena asegura que un fanático más otro fanático no son dos fanáticos sino una catástrofe. O, como tú misma, Vanessa, bien dices en tu presentación, que las revoluciones no existen, o como mucho nacen y se desarrollan en el interior de las personas; las revoluciones de masas son un fracaso y un baño de sangre, lo que de veras funciona y existe es la evolución, el lento pero seguro cambio de las sociedades, a veces por cosas tan nimias y aparentemente sin importancia como la lavadora, la comida rápida (para mal) o la píldora anticonceptiva. Lo que enseñe o deje de enseñar Lejos de toda esa gentecon ideas es problema del lector. Él o ella verán lo que hacen con este texto.

  • Sé que adoras la música es una de tus pasiones. ¿Cuéntanos qué supone la música para ti?

Vida. La música es para mí, ni más ni menos que vida. Al cumplir los cuarenta años, un otorrino quizá bebido o algo peor, me diagnosticó el síndrome de Ménier, un desarreglo del oído interno que produce mareos y a la larga, sordera absoluta. Me pillé una depresión gravísima. Me veía sin música, es decir, sin vida. Mi padre quiso que yo fuera músico, pero no servía. Estudié solfeo tan sólo, porque a los diez años, una enfermedad me impidió multiplicar mis estudios. Sin instrumento, tiene poco sentido estudiar música. Eso sí, me quedó una afición, un amor por ella enorme. Y mi gran obsesión es mezclar música con narrativa, aplicar las estructuras musicales, como la variación, la fuga, la estructura sonata, a la novela. En todas mis obras aparece la música menos en la penúltima novela publicada, Concierto triste para trío y coro, donde no hay música porque al protagonista no le va, pero sí aparece en el título. En esta novela homenajeo a la zarzuela, a la copla, es decir a la música popular de entonces. Y piénsese que la Repúbica fue una explosión de cultura, tanto la alta como la popular.

En la solapilla de este libro, y lo repito en cada una de mis novelas a despecho del editor que siempre se queja de que tanto texto no cabe, pero al final lo hace caber, digo que tres puntos forman el plano de mi vida: la literatura, la música y el amor. He sido profesor de Dibujo durante más de 30 años, lo que implica también impartir geometría. Se define un plano por tres puntos, o por dos rectas paralelas o por dos rectas que se cortan. Ese plano vital mío está formado así, y la música es un ingrediente vital para mí.

Firmando un libro para mi querido hermano-primo Miguel López-Coronado

No, ninguna. Apenas se compuso ninguna zarzuela después de la Guerra Civil, solamente Pablo Sorozábal (de cuya zarzuela La tabernera del puerto ha citado Vanessa unos versos al final de su presentación) siguió componiendo alguna con éxito relativo. De modo que durante el franquismo no se pudo tratar un tema como el que trato aquí. La primera parte, es decir la llamada Paz, es en sí misma una zarzuela, retrato de la vida del común, de la gente del pueblo, con sus amoríos y sus cursilerías, con sus mujeres fuertes y populares.

  • Y si esta obra fuera una zarzuela ¿Cuál sería?
  • Dices de ti que eres muy juguetón “el juego por el juego” ¿Cuál es el mayor juego de tu vida?

Soy juguetón, es verdad, pero de los tres aspectos que conforman mi vida, con la música juego de forma pasiva, porque la recibo, no la hago; con el amor se puede jugar… pero con tiento, con cuidado de no herir, de no malbaratar porque, como es un juego de dos, para la otra persona puede no ser un juego lo que uno considera que sí lo es; sin embargo, con la literatura puedo permitirme el lujo de jugar cuanto quiera. Si la fotografía vino a cambiar el estilo y enfoque de la pintura, y de ahí el expresionismo, el cubismo o la abstracción, el periodismo cambió la narrativa. No es que no sea posible contar una historia como en el siglo XIX, sino que está manido, ya está hecho. La novedad consiste en probar nuevas formas, llegar más hondo. El Ulises de Joyce parece ser especie de pistoletazo de salida. Los flashbacks o saltos en el tiempo hacia atrás, los personajes no humanos, el punto de vista variable, etc., son modos que hoy se imponen. En El maestro y margarita, de Mijail Bulgákov, por ejemplo, el diablo aparece en Moscú en forma de gato negro y a base de gamberradas monta un cisco en la capital rusa que pone de manifiesto la idiotez de las autoridades soviéticas. En Orlando, de Virgina Wolf, el personaje es hora hombre, hora mujer. Eso no se puede hacer en el periodismo, pero la literatura sí admite ese juego. Tal vez ese sea el mayor juego de mi vida: en esta novela que aquí presento, además de dirigirme directamente al lector, tratándolo como si fuera un coleguilla, el narrador se manifiesta en la última parte, cambiando de la tercera persona a la primera, es decir pasando de un narrador omnisciente a uno que no lo sabe todo, pero casi, porque está muerto y narra desde el Más Allá.

  •  Llegados a este punto ¿Nos regalarías por favor un pedacito de Lejos de toda esa gente con ideas?

Con mucho gusto leeré algunos fragmentos cortos.

Gracias Miguel, por tanto, y por supuesto, no puedo dejar de recordaros que ahora Miguel y Julio venderán esta obra y podréis llevaros la firma de un autor que vive con la creatividad palpitante en la yema de sus dedos.

Cerramos este episodio en la vida de todos nosotros con una reflexión sobre el tiempo propia del protagonista de este libro; Roque, que personalmente me parece una perla de conocimiento de vida que dice: “tal vez el tiempo que para otros consiste en una serie de jalones que lo van marcando, un decirse de aquí a un par de horas será el tiempo del bocadillo, o el domingo podré dormir, o el año que viene me casaré, en Roque se convertiría en el fluir sereno de un río en el llano. Por eso la tortura, le hizo poca mella, estaba tan habituado a que el presente fuera una gran realidad, algo tan superior a pasado o futuro, que fuera aquel grato o doloroso era lo que había”. Espero que vuestro tiempo, presente, con nosotros haya sido el fluir sereno de un río en el llano.

GRACIAS.

Si alguien tiene alguna pregunta que formular, creo que el autor estará encantado de contestar lo que pueda.

Alejandro Santiago, el editor, preguntó por la portada, a lo que detallé que la señora que aparece en primer plano es mi madre, mientras el niño que tiene a su izquierda, es decir, a la derecha del espectador, soy yo. Como podrá observarse, yo, de pequeñito, iba para Robert Redford, pero algo se estropeó en el camino. La broma no es mía, sino del actor Marty Feldman, sólo me la adjudico. El otro niño no es más que un duplicado informático, pues la diseñadora de la portada, sabiendo que la esposa del protagonista, Paulina, tiene gemelos, hizo un truco de esos que hoy permiten los ordenadores. El muchacho en ropa deportiva no sé quién es: está sacado de unas fotografías que pertenecieron a mis padres y probablemente es de alguna excursión con amigos que hizo mi padre en su juventud; el vagoncito que se ve debajo es del tren colgante del viejísimo Parque de Atracciones de Montjuich, de Barcelona, y el muchacho de primer plano es mi primo Juan, hermano mayor de este señor que está sentado en primera fila a la izquierda, mi querido hermano-primo Miguel; en ese mismo vagón están mi primo Francisco Franco… en realidad François Franco, pues es francés (este primo Miguel presente en la sala puntualizó de viva voz que, además, François lleva como segundo apellido el de Coronado, cosa de la que el otro no podía alardear) y detrás está mi también primo Miguel Coronado, todos aún vivos, por suerte, y mayores que yo. Como digo, todo sale de fotografías que mis padres tenían en cajas de zapatos y con las cuales, la diseñadora hizo un trabajo que a mí me parece precioso.

Quedó en el aire una pregunta sobre el lenguaje, como luego me comentaron, pero la premura en la hora de cierre de la Biblioteca Eugenio Trías no permitió ni pregunta ni contestación. De todas formas, en la presentación de Marina Tapia y cuya crónica está asimismo en este blog (es una anterior entrada) ya está respondida esa cuestión.

Acerca de elarboldearnas

Escritor y, sobre todo, novelista.
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