Pego aquí un texto de Damián Tabarovsky en Quimera nº 318. Confío en que nadie se moleste ni esgrima derechos de autor como si esgrimiese una Tizona: sólo voy a copiar unas líneas que me han interesado y muestran mi pensamiento como si Tabarovsky me hubiese mirado dentro: «Hace un tiempo, cierto amigo español me preguntó, a mitad de camino entre el reproche y el tono socarrón, por qué escribía en esta columna tan a menudo sobre autores argentinos. Como reacción, dediqué columnas a Juan Benet y Gabriel Ferrater: la idea misma de que alguien insinúe -aunque sea a media voz- alguna clase de cercanía de mi parte con el nacionalismo, me incomoda y me produce un rechazo visceral. La nacionalidad es una fatalidad. No lo son en cambio las condiciones sociales de dominación, el imperialismo cultural y económico al que se ven sometidos países como Argentina. Pero esa experiencia -la experiencia de la periferia- no se resuelve bajo el paraguas de la tentación nacionalista; al contrario, se despliega señalando al imperialismo y al nacionalismo como dos caras de la misma moneda». ¡Bravo!
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Definición
Este es el blog de un escritor, primordialmente novelista. Mi nombre es Miguel Arnas Coronado. Mi primer libro publicado se llamó Bajo la encina, una novela. El segundo, precisamente, El árbol, conjunto de 39 poemas en prosa sobre el lenguaje. El árbol es contacto entre tierra y cielo, entre raíz y aire. Los árboles son madres que nos dan y permiten la vida. Sin ponerse histéricos. No soy exactamente ecologista, sólo hablo del árbol como símbolo. El material con el que trabaja el escritor es la palabra, de idéntica manera al hecho de que el material con el que trabaja el artista plástico es la forma y el color, la superficie, el espacio. Pero el escritor tiene también otros materiales con los que esculpe o delinea su producción: los símbolos, los conceptos o vislumbres, las imágenes. Debe conocer, así, todos esos materiales para que su trabajo no se quede en sobado, conocido, ramplón. Por eso el árbol. Por eso y porque éste posee su todo en cada una de sus partes, porque como todo objeto natural está perfectamente organizado, porque no hay mejor perfume que el de la resina de pino, porque la belleza de un árbol puede ser, en ocasiones, la Belleza. Por eso y porque a fin de cuentas, toda producción artística, y sobre todo, literaria, necesita un título, y este del Árbol no es mejor ni peor que cualquier otro.
http://gart-mardenubes.blogspot.com.es/
Meta
No puedo estar más de acuerdo con el breve, pero suculento texto del libro. Lamento mucho no haberlo leído aún. Pero esto es algo facilmente subsanable, ya se sabe, se compra, se lee y punto.
Respecto a la forma de ser del escritor, está en la línea de otros muchos. Pero si pienso un poco, ¿a veces esto no es más que desden y una cierta forma de estar por encima? ¿Como si pensara que los lectores valemos poco? ¿Entre esta postura y la contraria, no cabria un termino medio?Supongo ,que como todo se traduce en opiniones ya se sabe, hay muchas.
Hasta pronto .
Lo que ocurre, Maritina, es que en una sociedad del espectáculo como la nuestra, lo importante de veras es eso, el espectáculo. Un escritor abriendo la boca (a veces para decir bobadas) es un espectáculo, cuando lo único que debería ser considerado es su obra. Ya sabes, me gusta mucho Louis Ferdinand Céline, pero cuando abría la boca fuera de sus libros era un antisemita y uno de los mayores hijos de perra de la 2ª Guerra Mundial. Lo importante es su obra.